"En la zona gris", García Galería, Madrid 2013 Escultura. Papel maché con sedimentos de plástico incrustados. 200 x 100 x 100 cm 2013 “En la zona gris” García Galería, Madrid
2013 García Galería, Madrid
"En la zona gris", García Galería, Madrid 2012 Acuarela y grafito sobre papel 100 x 70 cm cada uno
"En la zona gris", García Galería, Madrid 2013 Instalación. Sedimentos de plástico sobre pared.
2014 Escultura. Papel maché sobre estructura de madera 220 x 110 x 80 cm Noestudio, Madrid
"El Milagro es que el Unidiverso está", Galería Javier Silva, Valladolid (SP) 2014 Acuarela y lápiz sobre papel 100 x 70 x 4 cm
"Corte", Galería Art Nueve, Murcia 2014 Escultura. Listones de madera con trapos de pintor 200 x 200 x 150 cm "Corte", Galería ArtNueve, Murcia (SP)
"Corte", Galería Art Nueve, Murcia 2014 Escultura. Listones de madera con trapos de pintor 200 x 200 x 150 cm "Corte", Galería ArtNueve, Murcia (SP)
"Corte", Galería ArtNueve, Murcia (SP) 2014 Acuarela sobre papel 215 x 152 cm
After Sputnik II
2013-2014
Segunda parte del proyecto iniciado en la Academia de España en Roma en 2012
“After Sputnik, there is no nature,
only art”
Marshall McLuhan
El trabajo de Belén Rodríguez González cuestiona el modo en que buscamos imponer orden en el mundo. Se enfoca en nuestra tendencia a compartimentar y categorizar el espacio a nuestro alrededor, reflexionando aspectos como el tiempo, el espacio y las medidas. En una de sus piezas, rodeó una fotocopiadora con hilo azul y rojo con el fin de imitar papel lineado y convertirlo en algo impreciso. Un gesto enfocado en la retícula de un cuaderno simple, cuya construcción en apariencia inocua, es sin embargo una imponente sugerencia sobre cómo debemos organizar nuestros pensamientos.
El proyecto After Sputnik representa el reciente interés de Belén Rodríguez por el desorden, lo inesperado y lo casual. Inspirada en el idealismo de la Bauhaus -su fusión de arte y artesanía, juguetes, disfraces, fiesta y funcionalidad-, Rodríguez reacciona a unas pequeñas piezas de plástico arrastradas por el mar en la costa cantábrica, proporcionando una expresión artística a las consecuencias observadas en fenómenos naturales.
Tras descubrir las constelaciones de piezas de plástico, los colores y formas sugirieron a Rodríguez imágenes reflexivas de las primeras vanguardias. Durante ese tiempo, los artistas buscaban nuevos sentidos de expresión. La Bauhaus era un experimento vital de una pequeña comunidad de jóvenes, que después de los horrores de la Primera Guerra Mundial se embarcaron con entusiasmo en la construcción de una utopía social –con nuevas formas de coexistencia. La fusión entre función y producción artística era crucial– y se expresaba a través de artesanía, disfraces y performance; así como a los juguetes y divertimentos se les daba prioridad – mediante las grandes fiestas, tan habituales en la Escuela de la Bauhaus.
El proyecto de Belén Rodríguez se presenta como un set, o la escenografía de una fiesta inexistente; una festividad decadente, aunque llena de entusiasmo. Los colores vívos y materiales de las piezas de plástico encontradas recuerdan juguetes triturados, o confetti del futuro. Son sedimentos irregulares y casi irreconocibles, como los expuestos en un museo de antropología. A través de acuarelas sobre papel, cuadros de moho, meteoritos de papel maché, metrónomos esculturales y varios videos y proyecciones, Rodríguez crea una suerte de arqueología moderna dentro del espacio de la galería, donde tanto la crudeza como la belleza de los materiales en bruto son examinados y tomados en consideración.
Josh Lilley 2013