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Los Sintítulos

2015

Instalación específica para la exposición "El Público", en el Centro Federico García Lorca, Granada (SP)

Serie de pinturas escultóricas. Acrílico sobre seda, lejía sobre tela de algodón, estructuras de madera de haya. Dimensiones variables 

Una serie de paneles, de bastidores colocados en sucesión a modo de desfile lorquiano, presentan múltiples ideas imbuidas de un espíritu alegre, de una inocencia que el poeta nunca perdió, libre de prejuicios y de libre interpretación, y que se perpetúa en la obra de Belén Rodríguez. Motivos referenciales aparentemente banales componen un teatrillo del que no somos solo espectadores: estamos obligados a participar, a pasear a través de él para ver su anverso y su reverso, para disfrutar de las bambalinas, para descubrir lo escondido en el juego de superposiciones que la artista nos propone.

 

Desde los teatros de títeres que al Lorca niño le gustaba representar ante familia y amigos, hasta la vanguardia surrealista que se cocinó con él en la Residencia de Estudiantes en Madrid, Belén Rodríguez rememora a Lorca a lo largo del tiempo, de su vida y su trabajo artístico, con sus contradicciones y su hipersensibilidad a flor de piel. 

Evoca Isabel García Lorca, hablando de su hermano: "En Federico, lo cotidiano era casi siempre algo recién hecho [...] Se le ha comparado muchas veces con un niño. Se ha hablado, y con razón, de la importancia de los niños en su obra [...] Todo esto me hace pensar que el recuerdo que yo tengo de él es muy parecido a la alegría, la sorpresa y el entusiasmo...".

La obra de Belén Rodríguez se mueve por un impulso investigador que fluye libre; y en esa misma libertad, sus ideas de partida llegan a concretarse en materializaciones donde todo vale: telas, caballetes, vídeos, escritos, meteoritos, películas, música, etc., elementos que devienen fluidamente poéticos en su transformación por la mano de la artista. De ahí que no nos pueda sorprender su fácil conexión con el espíritu lorquiano, que insuflaba magia en lo que tocaba. En esa conexión, el juego, lo banal, la diversión, el salir de juerga, también están presentes, quitando trascendencia a la representación artística. Y así, en el "camerino Lorca", la cámara acorazada del Centro Federico García Lorca que muy pronto acogerá el archivo del poeta, Belén Rodríguez presenta un vídeo en el que el público puede sumergirse literalmente en una piscina donde flotan elementos de una poesía colorista, alegre y vital, pero también nostálgica, llena de melancolía.

Esta relación entre lo real y lo fantástico la establece un ojo de gran agudeza, pero, a la vez, inocente y puro, que se fija en lo extraordinario que persiste en lo cotidiano y lo eleva a un lugar destacado de observación para disfrute de terceros, los espectadores. Una tela carcomida por el sol, unos desperdicios de plástico que flotan en el agua y son finalmente arrojados a la playa, el moho que se va comiendo un trozo de cartón húmedo, la primorosa retícula de un cuaderno para aprender a escribir, el ondear de una bandera... Todo ello es apreciado por Belén Rodríguez y, una vez captado, lo hace suyo como poesía.

Selección de materiales, nuevos y reciclados, que se convierten en pequeñas joyas al ser distorsionados, separados de su uso original, bajo el potencial de la mano de la artista, creando una paradoja que nos hace percibir lo conocido de otra manera. Y esta manera tiene el poder evocador de una nostalgia que, aunque es la de la autora, nos conecta con nuestra propia infancia y nuestros propios recuerdos, suspendidos en el tiempo; y también con los de Lorca, siempre presentes en estos trabajos que aquí se re-presentan.

 

Un simple trapo donde secar y limpiar el pincel se transforma en un nuevo cuadro; los restos de obras inconclusas, en vibrantes esculturas e instalaciones. Son como cápsulas de un poema largo, en pequeñas dosis, donde lo material y lo espiritual forman un solo cuerpo expresivo. Belén Rodríguez explora los detritus, aplica su percepción a las pequeñas cosas que despreciamos y ni miramos a lo largo del día, buscando y encontrando lo artístico en lo cotidiano; con este proceder, reconstruye en su imaginación un nuevo Lorca y nos lo muestra. El magnetismo del autor se reencarna en el trabajo de la artista. 

Y en este particular homenaje al poeta que Belén Rodríguez ha creado en Los sintítulos podemos identificar plenamente las palabras que han servido como fuente de inspiración para la artista y que fueron pronunciadas por Lorca en su conferencia La mecánica de la poesía: "El arte tiene que avanzar como avanza la ciencia día tras día, en la región increíble que es creíble y en el absurdo que se convierte luego en una pura arista de verdad".

 

 

Virginia Torrente

 

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